Hace muchos años, en las tierras fértiles y misteriosas al pie del volcán Popocatépetl, en el municipio de San Nicolás de los Ranchos, habitaba un anciano sabio y respetado por todos. Su nombre era Gregorio Chino Popocatépetl, un hombre de mirada profunda y espíritu sereno que vivía a las faldas del imponente coloso.