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jueves, 15 de febrero de 2024

El oscuro legado de La Castañeda: Del infierno al renacer en Amecameca

 


A principios del siglo XX, durante la presidencia de Porfirio Díaz, se inauguró en el sur de la Ciudad de México el Hospital Psiquiátrico La Castañeda, un emblemático edificio que albergaría a enfermos mentales, alcohólicos, drogadictos y rebeldes. Sin embargo, lo que comenzó como una institución para brindar cuidado y tratamiento pronto se convirtió en un verdadero infierno sobre la tierra.

Ubicado en lo que antes fue una hacienda pulquera propiedad de Ignacio Torres Adalid, conocido como "El rey del pulque", el hospital se ganó el sombrío apodo de "las puertas del infierno". Allí, entre sus pasillos, se vivieron horrores que parecían sacados de la Edad Media: suicidios, asesinatos, violaciones y torturas perpetradas por el personal médico.

Finalmente, en 1968, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz y previo a los Juegos Olímpicos, se ordenó la demolición del manicomio, poniendo fin a décadas de sufrimiento. El histórico edificio fue adquirido por Arturo Quintana Rioja, quien lo trasladó piedra por piedra hasta Amecameca, Estado de México, donde se reconstruyó fielmente en una propiedad en el bosque.

Hoy en día, el lugar alberga el CIDEM (Centro de Investigación y Desarrollo Empresarial), administrado por la orden religiosa "Los Legionarios de Cristo", tras ser donado por la viuda de Quintana Rioja. La Castañeda, con su oscuro pasado, ha sido escenario de fama y polémica, siendo referenciada en producciones televisivas, comerciales e incluso visitada por celebridades, formando ya parte de la historia de Amecameca.









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